Recuerdo cuanto cobré mi primer sueldo en #RioNegro ($550) allá por mayo de 2001. Para entonces solo se descontaba el 11% por la jubilación docente. Tenía una empresa que manejaba mi aporte jubilatorio (AFPJ PRORENTA y luego NACIÓN) y de tanto en tanto me comunicaba cuanto tenía ahorrado y cuanto me cobraba por manejar mis ahorros. Al cabo de 5 años tenía $4.091 un poco más de 7 sueldos, sin tener en cuenta la inflación.
Entendía muy bien que, al llegar el momento de mi jubilación, iba a recibir esos ahorros en un solo pago o en cuotas, pero una vez terminado ese fondo me iba a tener que arreglarlas por mi cuenta.
Lejos de ser un sistema virtuoso que permita disfrutar del retiro luego de trabajar gran parte de la vida, era un sálvese quien pueda… pueda aportar más/pueda ahorrar más.
En la actualidad tenemos un sistema previsional solidario que da a los/as jubilados/as la tranquilidad de un sueldo mensual por el resto de sus años y que esa solidaridad viene de los aportes de los/as trabajadores/as activos del sistema, por lo tanto ¡La jubilación no es un ahorro!
De ahí parte la importancia de que un sueldo esté conformado altamente por sumas remunerativas que aporten al bienestar de sus todos/as, por sumas que contribuyan solidariamente a mantener a los/as jubilados/as y a resguardar el bienestar de los/as que dieron sus mejores años de vida al trabajo.
En Río Negro vengo contando que nuestra solidaridad (aporte jubilatorio) viene disminuyendo desde que el Gobierno de Juntos Somos Río Negro en complicidad con la agrupación Azul Arancibia que conduce el sindicato docente viene negociando nuestros salarios con la idea de “Pan para hoy y hambre para mañana” ya que desde el 2015 vienen aumentando considerablemente las sumas NO REMUNERATIVAS… los/as más de 300 docentes que no pueden jubilarse y aquellos/as que le seguirán necesitan una respuesta que de esperanza a su tan ansiado retiro.
